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Fotos históricas con su respectiva explicación para entenderlas

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, no podría estar más de acuerdo. Pero muchas veces una imagen no es capaz, por sí sola, de explicar la historia que hay detrás.

Cada vez que ponemos un marco al mundo, lo que queda en el interior está sujeto a la interpretación. Retratamos tan solo 35 de los 360 ​​grados y lo llamamos foto. Hay un número infinito de maneras de hacer esto.
Joel Sternfeld, fotógrafo.

Estas fotografías necesitan una explicación para entender realmente lo que sucedió:

Ni es un soldado británico ni está en campo de batalla. Se trata de un maniquí vestido con ropas del ejército británico, utilizado por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. El objetivo de tan perverso muñeco era atraer a soldados enemigos para tenderles una emboscada. Estos maniquiés eran colocados en tierra de nadie, normalmente en el frente de batalla, y por medio de un dispositivo inserto en el brazo simulaban pedir ayuda. Cuando las tropas enemigas eran atraídas para efectuar el rescate del supuesto compañero, eran acribilladas. El muñeco de la imagen pertenecía a la escuela de camuflaje de Kensington y era usado para enseñar esta cruel estrategia a las tropas británicas antes de enviarlas al frente. Hoy son piezas de museo.

Un grupo de personas escapando de su país, saltando al otro lado del muro de Berlín. Es exactamente eso, lo que pasa es que lo saltan en sentido opuesto al que lo hizo la inmensa mayoría de la gente. En este caso son alemanes de la RFA intentando (y consiguiendo) huir hacia la RDA. El 1 de junio de 1988, más de un año antes de la caída del muro, unos 200 jóvenes de Alemania Occidental ocuparon una parcela de tierra cercana al Muro de Berlín donde la RFA proyectaban construir una autopista que atravesase la ciudad. A los jóvenes que ocuparon la parcela, un grupo compuesto por anarquistas, okupas, punkis y ecologistas, se les solicitó que la abandonasen y, al negarse, la policía antidisturbios respondió con la fuerza bruta, usando gases lacrimógenos y agua a presión. Tras varias horas de resistencia, los jóvenes escalaron el muro buscando en la Alemania socialista refugio de las agresiones de la policía de su país (y lo encotraron).

Parece ser un bombero está pensando qué calabaza comprar mientras una casa se quema a escasos metros, con su camión aparcado al lado. Joel Sternfeld conducía tranquilamente por una carretera de Virginia cuando se encontró con esa escena que le daría una de sus fotografías más famosas. Aunque en un primer momento no daba crédito a lo que veía, pronto se dió cuenta de lo que estaba pasando en realidad. Lo que se ve es un ejercicio controlado que forma parte de un entrenamiento y el bombero que se observa en la imagen, simplemente, está en su descanso.

Parece ser una tranquila zona residencial estadounidense de los años 40 pero aunque no se puede ver con claridad ahí se encuentra la fábrica de aviones de Boeing en Seattle. Durante la Segunda Guerra Mundial, y para despistar al enemigo, el ejército estadounidense camufló sus factorías bajo inmensas mallas que simulaban paisajes urbanos.

Niños jugando con fardos de papeles sin valor. Se trata de eso, con la salvedad de que los papeles son billetes de marco de curso legal por valor de varios miles de millones. La realidad económica de Alemania en 1923 hacía que esa monstruosa cantidad de dinero no valiese prácticamente nada.

Se trata de un impostor que se había unido a la carrera de Juegos Olímpicos de Munich metros antes de entrar en el estadio. Norbert Sudhaus, que así se llamaba el falso corredor, había dado media vuelta y le restaban escasos 100 metros para llegar a la meta cuando los comisarios se dieron cuenta del engaño y le obligaron a salir de la pista.

Los soldados que ves pertenecen a los ejércitos británico y alemán y eran enemigos en el momento de ser tomada la imagen. La fotografía data de la navidad de 1914 cuando los soldados de ambos bandos acordaron, con la oposición de sus mandos superiores, llevar a cabo una tregua. Durante ese día y esa noche soldados de una parte del frente occidental cantaron villancicos, se hicieron fotos y se intercambiaron regalos (básicamente alcohol y cigarrillos) y no fue disparado un solo proyectil.

Lo que ves en la imagen es en realidad el traje de un astronauta relleno de ropa sucia y puesto en órbita por los cosmonautas rusos en uno de los proyectos más locos y atrevidos realizados en el espacio.

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