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Curiosidades de la luna


La Luna nos resulta familiar a todos. Levantar la vista al cielo en una noche despejada y buscarla con la mirada es algo que hemos hecho miles de veces. A mí personalmente me transmite paz y seguridad y me encanta observarla en silencio, sola o acompañada.

Y es que la luna ha llamado la atención a los seres humanos desde la más remota antigüedad. Muchas civilizaciones, como los mayas o los incas, la consideraban una deidad y la adoraban. Y ha sido una fuente de inspiración para escritores y poetas de todos los tiempos. Además, desde varios siglos antes de Cristo los hombres han estudiado la Luna. Ya los babilonios determinaron el tiempo de su órbita, posteriormente los griegos estudiaron los eclipses y la estimación de la distancia a la Tierra han tenido ocupados a decenas de astrónomos durante muchos siglos. La Luna ha sido observada, cartografiada, fotografiada y hasta explorada por el hombre.

Hoy en día tenemos acceso a gran cantidad de información sobre de la Luna. Hay muchos libros, documentales y miles de páginas en internet que nos hablan de ella. Sin embargo, ¿qué sabemos realmente de la Luna? He preguntado a gente de mi entorno y me han dicho que es el único satélite de la Tierra, que la ilumina el sol, que tiene cuatro fases, que es la responsable de los eclipses, de las mareas, que el hombre la ha pisado, que tarda 28 días en dar la vuelta alrededor de la Tierra, que nacen más niños en noches de Luna Llena (lo cual es falso) y poco más. Y cuando les he matizado alguna de sus afirmaciones, han mostrado interés por conocer mejor y con más detalle a este astro que tantas noches ilumina nuestro cielo.

1. La Luna es una esfera 50 veces más pequeña que la Tierra y su superficie algo menor que Asia

(Casi) todos tenemos claro que la luna es más pequeña que la Tierra, pero si intentamos cuantificar cuánto más, probablemente ya no seamos capaces de decirlo. La Luna tiene un diámetro de 3.472 km y la Tierra de 12.756 km, lo que hace que (elevando al cubo el cociente de sus diámetros) su volumen sea 50 veces menor y su superficie (elevando el cociente al cuadrado) algo más de trece veces menor, lo que equivale a algo menos que la de Asia.

Si queremos construir un modelo a escala en el que la Tierra fuera un balón de baloncesto, la Luna sería del tamaño de una pelota de tenis.

2. La luna se encuentra a algo más de un segundo-luz de la Tierra

Tal y como postuló Einstein, la luz se mueve a una velocidad constante, que es de 300.000 km/s en el vacío. Si lo pensamos bien y lo comparamos con otras velocidades que manejamos en nuestra vida diaria, 300.000 km/s es una velocidad enorme. Como es una constante y además muy grande, los astrónomos la utilizan como unidad de longitud para la medida de distancias en el universo. Así, nuestra galaxia mide aproximadamente 100.000 años-luz, la distancia entre el Sol y la Tierra es de 8 minutos-luz y la Luna está a algo más de 1 segundo-luz, lo que significa que un rayo de luz reflejado por la Luna tarda poco más de un segundo en llegar a nosotros.

3. Una persona que pesa 50 kilos, en la Luna pesaría 9 kilos

La gravedad es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la Naturaleza. Isaac Newton formuló en 1687 la ley de la Gravitación Universal, que describe la fuerza con la que se atraen dos cuerpos, que es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. La gravedad es la responsable de los movimientos de los planetas y satélites en el espacio y también la que explica que nos mantengamos unidos a la Tierra y que los objetos caigan con una aceleración constante.

En la Tierra, la gravedad tiene un valor promedio de 9.8 m/s2, pero en la Luna, que tiene una masa muy inferior, el valor de la gravedad es considerablemente menor, de 1.6 m/s2. Así que una persona de 50 kilos en la Luna pesaría poco más que un lechoncillo en la Tierra y también tendría más tiempo para recoger una copa antes de que se estrelle contra el suelo.

4. La superficie de la Luna no se erosiona, tiene montañas más altas que la tierra y carece de volcanes

El que la gravedad sea tan pequeña en la Luna hace que su relieve sea muy escarpado, con extensos valles oscuros (conocidos como mares), montañas y grandes cordilleras, mayores que las de la Tierra. Además, no tiene prácticamente atmósfera, debido a que no puede mantener a las moléculas de aire a su alrededor. Por ello no hay vientos, ni lluvias y su superficie no se erosiona, permaneciendo inalterada durante largos periodos de tiempo.

Al mismo tiempo. esta ausencia de atmósfera la deja desprotegida ante el impacto de meteoritos. Es por ello por lo que la Luna tiene una superficie llena de cráteres que no son de origen volcánico, como se pensaba originalmente. De hecho la Luna carece de volcanes y apenas tiene actividad sísmica.

5. La primera vez que el hombre pisó la Luna fue en 1969 y la última en 1972

Neil Amstrong fue el primer humano en pisar la Luna el 20 de julio de 1969 en la misión Apolo 11. Los mayores seguro que recuerdan el momento y los más jóvenes también hemos visto las imágenes que emocionaron al mundo entero y escuchado muchas veces sus míticas palabras del paso que es a la vez pequeño y grande. Pero lo que poca gente sabe es que ha habido seis misiones más a la Luna, de las cuales sólo una resultó fallida, el Apolo 13. La última, el Apolo 17, alunizó el 7 de diciembre de 1972. Dieciocho hombres en total han llegado a la Luna, pero sólo doce la han pisado.

6. La Luna se formó por el choque de un protoplaneta del tamaño de Marte con la Tierra

En las misiones a la Luna se han recogido un total de 500 kilos de rocas lunares, que han servido para obtener muchísima información, no sólo de la Luna, sino también de la historia de la Tierra y del propio Sistema Solar. Gracias a los isótopos de zinc encontrados en estas rocas, un grupo de científicos de la universidad de Washington demostró el año pasado la hipótesis del origen de la Luna. Confirmaron que, efectivamente, la Luna se formó tras el impacto de un cuerpo similar a Marte contra lo que era aún una primitiva Tierra.

7. La Luna tiene una cara oculta

Cada vez que miramos hacia la Luna vemos siempre la misma cara, con sus cráteres y sus mares. Este hecho no es porque la Luna no gira sobre sí misma, como me ha dicho más de una persona, sino porque su periodo de rotación y el de traslación alrededor de la Tierra están sincronizados. Para entenderlo basta con coger dos objetos, una naranja y una mandarina, por ejemplo, y dibujarle con boli una carita a la mandarina. Si movemos la mandarina-Luna en torno a la naranja-Tierra es evidente que la tenemos que girar simultáneamente a fin de que la cara pintada esté enfrentada en todo momento a la naranja.

Y ya para nota, les voy a contar que, además de estos dos movimientos, la Luna también realiza pequeñas oscilaciones que se conocen como libraciones que hacen que no sólo veamos el 50% de su superficie sino algo más, el 59% exactamente.

8. La luna no tarda 28 días en dar una vuelta alrededor de la tierra

La Luna tarda 27 días y 7 horas en dar una vuelta alrededor de la Tierra. Sin embargo, como la Tierra a su vez se está moviendo en torno al Sol, el tiempo que ha de transcurrir para que la Luna se encuentre en la misma posición sobre la Tierra es de 29 días y 12 horas y éste último es precisamente el periodo que transcurre entre dos lunas llenas. Es precisamente por el movimiento de la Tierra por lo que la Luna sale cada día 50 minutos más tarde.

Los 28 días de los que se habla siempre son un promedio de los dos periodos, el estricto de rotación y el de las fases lunares, que reciben el nombre de sidéreo y sinódico respectivamente.

9. La Luna no nos miente a todos

Desde pequeños nos han dicho que la Luna es mentirosa porque cuando está en cuarto creciente en el cielo nos muestra la silueta de una D, mientras que en cuarto decreciente dibuja una C. Pero esto sólo es cierto en el hemisferio Norte. Los del Sur la ven justamente al revés, vamos, que a los niños argentinos la Luna les dice la verdad. Y, ¿qué pasa en el Ecuador? Pues es fácil adivinarlo: se enfada cuando crece y sonríe al decrecer.

10. Las mareas se deben a la influencia de la Luna, pero también a la del Sol

Sí, todos tenemos interiorizado que las mareas tienen algo que ver con la Luna, pero entender el cómo y el porqué es muy complicado. De nuevo fue el gran Isaac Newton el que dio la explicación que se acepta en la actualidad. Las mareas son desplazamientos del agua de los océanos que se producen por la atracción gravitatoria de la Luna y en menor medida también por la del Sol.

Mucha gente cree que la marea alta se da en la zona de la Tierra que está más cerca de la Luna y la baja en la opuesta, pero no, porque si esto fuera así sólo habría dos mareas al día y no cuatro. Lo que se produce es un abombamiento de la Tierra en la dirección de la Luna y un estrechamiento en la perpendicular.

Cuando las fuerzas de atracción de la luna y el sol están en conjunción, las mareas son más intensas y reciben el nombre de mareas vivas. Se dan en las fases de Luna llena y Luna nueva. Sin embargo, cuando los tres astros entran en cuadratura, en los cuartos creciente y decreciente, se dan las mareas muertas porque la fuerza del Sol contrarresta la de la Luna.

Las mareas vivas más fuertes se dan en los equinoccios, en marzo y en septiembre, que es cuando el sol se encuentra más cerca de la Tierra. Recomiendo visitar la costa cantábrica en estas fechas para poder disfrutar de paisajes espectaculares.

El efecto marea también se da en la Luna por influencia de la Tierra y precisamente es el responsable de la que Luna mire siempre hacia la Tierra, como os he contado antes.


11. Cada año la Luna se aleja de la Tierra 3.8 centímetros

La fuerza de las mareas disipa energía y esto hace que la fuerza de interacción entre la Tierra y la Luna sea cada vez menor, es decir, que la distancia entre ellas aumente. En concreto, la Luna se aleja de la Tierra 3.8 cm al año, la misma longitud que nos crecen a nosotros las uñas en el mismo tiempo. No parece gran cosa, pero lo cierto es que la Luna siempre se ha estado alejando de nosotros. Hace millones de años estaba más cerca y los días en la Tierra eran más cortos, de hecho duraban menos de diez horas. Hay quien dice que a medida que la Luna se vaya alejando los días serán cada vez más largos, hasta que al final sólo haya días o noches en la Tierra. Sin embargo sería dentro de miles de millones de años o tal vez nunca.

12. Los eclipses se deben a la posición relativa entre la Tierra, la Luna y el Sol

Los eclipses lunares y solares que podemos presenciar desde la Tierra son debidos a una mera casualidad. Aunque el diámetro de la Luna es cuatrocientas veces menor que el del Sol, ésta también se encuentra de la Tierra una distancia cuatrocientas veces más pequeña, por lo que vistos desde la Tierra ambos astros nos muestran un tamaño muy similar.
Los eclipses de Luna ocurren en aquellas noches de Luna llena en que la Tierra, el Sol y la Luna están alineados o cerca de estarlo. Pueden durar varias horas y verse desde cualquier parte de la Tierra en la que sea de noche. Los eclipses pueden ser totales (la Luna entra en el cono de sombra de la Tierra), parciales (sólo se oculta una parte de la Luna) o penumbrales (la Luna pasa por la zona de penumbra terrestre).

Los eclipses de Sol se dan en las noches de Luna Nueva en las que el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran en conjunción. A diferencia de los lunares, duran unos pocos minutos y sólo son visibles desde ciertos puntos de la Tierra. Pueden ser parciales (la Luna no cubre por completo el disco solar), totales (la Luna tapa completamente al Sol) y anulares (cuando la Luna se encuentra más lejos de la Tierra que en los eclipses totales y permanece visible un anillo exterior del Sol).

Por mucho que la Luna nos regala noches luminosas y reflejos plateados sobre el agua, está claro que no es un mero objeto decorativo en nuestro cielo terrestre. “¿Qué habría sucedido si no hubiera Luna?”. Muchos científicos ya han intentado responder a esa pregunta. La mayoría están de acuerdo en que la Tierra sufriría cambios drásticos en su eje de rotación, lo que desestabilizaría por completo el clima, produciendo grandes extinciones y no haciendo posible formas de vida tan evolucionadas. Además, los días serían más cortos y la Tierra sería un medio hostil, con fuertes vientos y tormentas constantes. Tampoco habría mareas y por lo tanto los seres acuáticos primitivos probablemente no habrían podido conquistar la Tierra. Sin la Luna todo habría sido diferente.

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